Un grupo de científicos descubrieron una bacteria extraída de la naturaleza que inhibía, a partir de un proceso químico en el cerebro, el pensamiento. Ocasionaba que los humanos no pudieran ver hacía dentro; sus emociones poco a poco desaparecían y se convertían en una especie de robots-zombis.
Los investigadores se dieron cuenta que esa bacteria los iba a salvar de una destrucción inminente debido al odio a sí mismos y a su alrededor. Ellos argumentaban que al eliminar el pensamiento y en consecuencia las emociones, evitarían las guerras y la catástrofes. Según los científicos la perdición de los hombres eran los sentimientos negativos provocados por el amor como la frustración, envidia, celos, rencor.
A partir de su descubrimiento, este grupo creó células terroristas por todo el mundo para acabar con la “enfermedad” humana. Rápido lograron captar miles de adeptos, los cuales creían que esa era la única opción de salvar a nuestra raza. Se proliferó un manifiesto, en donde aclaraba que para mantener al planeta en pie, debía de haber un sacrificio. Había pintas en las paredes de las calles de las ciudades que amenazaban “pronto nos limpiaremos”.
La idea radical se filtró en las diferentes esferas de la sociedad y gobierno. Pasaron los años y la intención de infectar a la humanidad se seguía esparciendo. Mientras tanto los científicos planeaban cómo iban a lograr su cometido.
La bacteria se llama “Contratigre”, la extrajeron de la raíz de la planta conocida como “tigre de león”. Realizaron varios experimentos con enfermos terminales y vagabundos. Al principio no sabían exactamente de su reacción, ellos creían que el microbio reconstruía las células muertas, sin embargo a las personas que les inyectaban la sustancia realizada a base de la bacteria, presentaban una mejoría inexplicable. Sus males, ya sean físicos o mentales, desaparecían, sin embargo ya no amaban ni pensaban por lo tanto el odio ni la depresión los consumía.
El plan ya estaba listo, se había conseguido que pronto se esparciera la bacteria. Se programó que a una hora determinada del primer día del siguiente mes los adeptos abrirían una botella que contenía la sustancia. No obstante, el doctor que descubrió la “Contratigre”, se ha arrepentido y desea echar marcha atrás. Ese científico es mi esposo, quien ya no podrá detener lo inaplazable. Lo acabo de matar y en este instante estoy dando la orden de que el cargamento con la bacteria llegue a su destino. Con esto, concluyo mi confesión para que la nueva raza sepa del por qué de su preservación.
3 comments:
Quiero un poco de esa bacteria contratigre... o dime donde la venden
La chica pálida sin esquinas
santa sangre infectada! me encantó pero me gustaría más drama y detalles sobre cómo mataste al científico.
Yo sería de la contraguerrilla. Defiendo mis depresiones porque ellas me han llevado a ser lo que soy, para bien o para mal.
BESO.
a
Lamento bastante que el doctor se haya arrepentido de arrojar esa bacteria. Igual y hubiera citado a los bloguers a ese espectáculo del fin del fin del mundo
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