El cielo luce inmenso, desde este pedazo de azotea, las nubes simulan algodones de azucar coloreadas de un intenso blanco con texturas que invitan a estrujarlas. Recuerdo de niña, que las miraba horas e imaginaba volar en ellas, me mimetizaba y me convertía en figuras que, sólo son reales en mundos mágicos: cabezas de faunos, leones con cuerpo de avestruz, árboles enfermos. Han pasado algunos años y lo he dejado de hacer. Abajo es oscuro y no quiero estar, prefiero las alturas. Respiro hondo y profundo, tomo impulso, corro y...toco el cielo.
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3 comments:
buena foto mija,
cielo azulote y azulado..
Oh!
gracias por los polvos mágicos, me ayudaron.
Estoy aquí desde entonces y las extraño demasiado.
Busqué el tierra adentro, pero ayer fue la presentación, supongo llegará pronto.
y el contra tigre me gustò.
(Bueno esta es la interpretación de una màquina de lo se llamó cariño)
me gusta ese azul donde puede desplegar sus alas y expandirse. VOLEMOS!
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